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El atrevido Yethro Dinamarca, la desconocida contraparte del Caso Taurus

El atrevido Yethro Dinamarca, la desconocida contraparte del Caso Taurus

De extremo bajo perfil, con 34 años y residiendo en Miami, este empresario chileno tiene un importante patrimonio gracias a sus inversiones en bienes raíces y compañías de servicios. Su nombre ha estado involucrado indirectamente en dos casos que han marcado la industria financiera desde 2023: fue socio de Ignacio Amenábar y Francisco Coeymans (ex altos ejecutivos de Primus Capital, presuntos responsables de la crisis interna del factoring) y, además, fue el dueño del campo que hizo estallar el conflicto en un fondo de la AGF Taurus.

Por: Mateo Navas y Nicolás Durante | Publicado: Sábado 15 de junio de 2024 a las 12:39
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En alemán, el concepto “genau” significa precisión, exactitud. Al empresario Yethro Dinamarca (34) siempre le llamó la atención esa palabra y por eso bautizó a una de sus sociedades inmobiliarias con ese término.

Recientemente dicha sociedad -Inmobiliaria e Inversiones Genau SpA- estuvo relacionada indirectamente a una fallida operación de leaseback de la AGF Taurus, de José María Swett y Pedro Avendaño, una administradora que es la continuadora de la gestora de fondos de Tanner, que estos dos exejecutivos adquirieron a finales de 2021.

Inmobiliaria e Inversiones Genau SpA es dueña de Servicios Administrativos Genau SpA. Esta última, en 2019, constituyó Inmobiliaria Zebra SpA, la firma dueña de un predio ubicado en la localidad de San Manuel, en Parral.

A mediados de mayo de este año, Taurus publicó un hecho esencial que decía que su fondo Taurus Leaseback Inmobiliario había encontrado un desajuste en el precio de uno de los activos que componían el fondo y que éste valdría UF 120.000 menos (es decir, una reducción de $ 4.500 millones al valor original): dicho terreno era de Yethro Dinamarca, a través de Inmobiliaria Zebra.

Fue hace dos años cuando Swett y Avendaño se acercaron a Dinamarca para ofrecerle una operación leaseback a 24 meses con un buen ratio préstamo-valor. Ellos ya se conocían por la estrecha relación que tenía Dinamarca con Tanner. Él aceptó y le vendió el terreno de Parral a Taurus con el compromiso de arrendarlo y así generar un ingreso recurrente.


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Al término de 2023, el plazo para concretar la opción de compra para Dinamarca se estaba terminando y a inicios de 2024 dicho lapso se venció, a pesar de que el empresario había solicitado una prórroga meses antes. Fue en medio de esto cuando -de forma sorpresiva, sostienen personas del caso- la empresa emitió el primer hecho esencial.

Algunos de los aportantes del fondo son conocidos nombres del mercado financiero local, como Andrónico Luksic, Ignacio Guerrero y un fondo de Sartor. Por eso, la advertencia al mercado generó ruido en distintos sectores.

A pesar de los anuncios por parte de Taurus, algunos aportantes todavía no ven pruebas concretas sobre el supuesto desajuste de precio del paño en Parral que justifique el hecho esencial. De hecho, las tasadoras originales del predio -Tinsa, Transsa y Colliers- mantienen los resultados de la tasación. También participó el banco Security, que tiene una línea de crédito con el fondo.

A pesar de lo anterior, explican entendidos, Yethro Dinamarca salió a solucionar la situación y en una semana llegó a un acuerdo con los aportantes que no significara un perjuicio patrimonial para ninguna de las partes. Claves en este proceso fueron Ricardo Abogabir, abogado de los participantes del fondo, y Alejandra Bone, de Dinamarca. En este proceso no participó la administración de Taurus.

¿Qué fue lo que ocurrió? A través de una promesa de transacción que se firmó a finales de mayo, Yethro Dinamarca les entregará un segundo activo de similares características para garantizar el fondo y además solicitó una prórroga para recomprar dicho terreno (en el mismo acto de suscripción el activo original será devuelto a Dinamarca). Si el segundo paño no lo termina recomprando el empresario, los aportantes le devolverán el eventual excedente que se produzca entre la venta del nuevo activo y la deuda asociada al fondo.

Lo que falta ahora para materializar el acuerdo son dos cosas: realizar el estudio de título del nuevo terreno que está reemplazando el activo original (proceso que tarda un par de semanas) y, adicionalmente, la realización de las tasaciones correspondientes al nuevo paño ofrecido. Se ofició a tres compañías tasadoras para que realicen dichos trámites. Todo debería estar cerrado, añaden entendidos, entre tres a seis semanas.

El terreno en Parral, explican fuentes bancarias, es un ínfimo activo dentro del patrimonio de Dinamarca. Las mismas personas entregan datos para respaldar esta información: su deuda indirecta en la CMF es de $ 29 mil millones, la cual representa un bajo nivel de apalancamiento versus el patrimonio real, basado en activos inmobiliarios.

Todo o nada

Pero, ¿quién es Dinamarca y cómo llegó a tener este patrimonio?

Al salir de cuarto medio, Dinamarca -quien nació en Uruguay y es hijastro de Ricardo Muhr, histórico geólogo del Grupo Luksic- entró a Historia en la UC y en paralelo empezó a tomar cursos de Ingeniería Comercial en la misma casa de estudios.

Rápidamente dejó la educación superior para radicarse en Argentina. Quienes lo conocen dicen que fue un “punto de quiebre” que significó salir de la comodidad y de su zona de confort. Fue ahí, añaden amigos, donde aprendió a hacer negocios. Entró a la carrera de Administración de Empresas en la Universidad de Belgrano.

Al terminar su educación universitaria, alrededor de 2014, entró a trabajar a Sky Solar Holdings, firma especialista en energía fotovoltaica. En ese minuto, asegura un conocedor, era una empresa que “estaba haciendo mucho ruido con una posible IPO en Nueva York”. Su llegada a la firma coincidió con que el gobierno de Uruguay había sacado a licitación un acuerdo de compraventa de energía limpia a largo plazo.

En ese contexto, Dinamarca tomó un riesgo: decidió no firmar un contrato tradicional con Sky Solar, sino tener un contrato de prestación de servicios basado en una comisión de éxito: si el plan en Uruguay funcionaba, se llevaría un porcentaje importante de la operación. Pero si no, no ganaría nada.

Yethro Dinamarca aprovechó los contactos que tenía en Uruguay (sigue manteniendo familia ahí) y logró conectar a Sky Solar con diferentes empresas locales. Los proyectos que el empresario ayudó a gestionar se construyeron en base a un préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por US$ 120 millones.

Finalmente, en 2015, el proyecto se concretó y Dinamarca sacó una ganancia de “varios millones de dólares”, comentan entendidos. “Ese fue un doctorado de aprendizaje”, añade un amigo.

Con ese dinero, Yethro Dinamarca volvió a Chile y decidió invertirlo en tres industrias: tecnología, entretenimiento e inmobiliaria. En la primera, desarrolló firmas de software; y en la segunda, tuvo productoras y restaurantes, y en la tercera fue incipientemente comprando propiedades.

Por ejemplo, fundó una empresa llamada enapuro.com, una web que conectaba a personas que necesitaban vender propiedades de forma rápida. Como tenía liquidez, logró adquirir una serie de bienes raíces a un 50% o 60% del valor comercial. Esas viviendas luego las arrendaba y las refinanciaba con la banca tradicional y compañías de seguro con condiciones favorables para, así, obtener dinero para alimentar sus otros negocios.

Era una mezcla perfecta para el mercado financiero, explican conocedores: tenía una base grande de activos reales como garantía y mantenía empresas de servicios que le proveían flujo mensual. Eso le permitió apalancarse y recibir buenas condiciones de la industria bancaria.

En 2017, Dinamarca diversificó sus inversiones inmobiliarias con la compra de terrenos en el sur de Chile para luego desarrollar un negocio de subdivisión. Luego, ideó un modelo de venta de estos paños con la entrega directa de financiamiento.

El joven empresario mantiene relación con prácticamente todos los bancos y aseguradoras de la plaza. Principalmente se vincula con Santander, Estado, BCI, Consorcio e Itaú, mientras que en aseguradoras está con Principal, Consorcio, Vida Security y la Mutual. Con administradoras, participa del fondo Activa de LarrainVial y mantiene una estrecha relación con Ameris, Sartor, Avla y Tanner.

Con los años, y en completo sigilo, creció, creció y creció. Su grupo de inversiones se instaló con una oficina en el Hotel W y él también se compró un departamento en el mismo edificio. “Llegaba primero a la oficina y se iba último. Literalmente vivía ahí”, asegura un trabajador del holding.

De acuerdo a información recabada por DF MAS, Dinamarca mantiene un portafolio de activos urbanos que superan las UF 1,2 millones, mientras que en el mercado rural, son casi UF 6 millones. En total, tiene más de 20 mil hectáreas de propiedades en la zona sur de Chile. En Santiago, es dueño de tres edificios multifamily (uno en San Miguel y dos en Providencia) y otro en Iquique. Los demás activos en la capital están diversificados entre Las Condes, Providencia y Santiago Centro.

El desliz con Coeymans y Amenábar

La relación entre Dinamarca y Primus, el factoring de Raimundo Valenzuela, nace en 2018. Con ellos realizó diversas operaciones de factoring y préstamo directo para sus distintos negocios. Por eso fue natural que conociera a Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar, entonces CEO y gerente comercial respectivamente de la compañía, ambos formalizados por el caso Primus.

Producto del vínculo comercial entre las empresas de Dinamarca con Primus, decidió constituir una sociedad con Coeymans y Amenábar para invertir en el mercado inmobiliario. La bautizaron DCA, en alusión a los tres apellidos de los socios de dicha entidad.

Antes del hecho esencial de Primus informando irregularidades contables al interior de la compañía por la existencia de facturas falsas, diversas personas llamaron a Dinamarca para advertirle lo que estaba pasando. Según entendidos, el empresario cortó relaciones con Coeymans y Amenábar y les compró su parte de la sociedad, quedando como único accionista de DCA.

Desde ese momento, Dinamarca tuvo que negociar con la nueva administración de Primus, liderada por Eduardo Guerrero y Raimundo Valenzuela, con quienes llegó a un acuerdo para arreglar los problemas que ocasionó ser socio de Amenábar y Coeymans.

A pesar de eso, comentan entendidos, la relación de Dinamarca con Valenzuela y Guerrero ha sido cordial porque en ambas partes ha primado la buena fe. “Los dos bandos llegaron a la conclusión de que se equivocaron en hacer negocios con Amenábar y Coeymans. Pero nada más que eso”, relata un conocedor. 

El nombre de Dinamarca ha aparecido en el peritaje financiero encargado por la fiscalía a la Universidad Federico Santa María en el marco del Caso Primus. Lo mismo con un informe de KPMG a solicitud del factoring. A pesar de esto, explica un entendido, Primus nunca se ha querellado o demandado a Dinamarca o sociedades relacionadas a él. Tampoco lo han registrado en Dicom o lo han citado a declarar.

Jiu jitsu, crossfit y “duro”: el estilo de Dinamarca

Siempre está conectado, se levanta a las 5:30 de la mañana todos los días. Entre 6 y 7 hace crossfit. Practica jiu jitsu japonés cinco veces a la semana y también sale a correr. Lee libros de no ficción y actualmente está abocado a estudiar sobre el mercado inmobiliario en Estados Unidos.

Es extremo bajo perfil: no tiene redes sociales y rara vez se le ve en eventos sociales. Tampoco le gustan las fotos. Con sus socios y ejecutivos de banco no le gusta tener una relación de amistad y siempre habla con un vocabulario muy formal. “Para él es muy importante separar su vida privada de los negocios”, comenta un amigo. Y alguien lo ejemplifica así: con Coeymans y Amenábar nunca salió a comer, sólo almorzó una vez con ellos. Todo el resto del contacto entre los tres, eran llamadas telefónicas.

Algunas de las personas consultadas definen a Dinamarca como alguien bien conectado, “duro” para negociar, que cede poco, pero que también es alguien realista, especialmente si se encuentra en aprietos.

En 2021 se fue a vivir a Estados Unidos porque se cansó del aumento de la delincuencia en Chile. Si bien no fue algo definitivo, se mantiene en Miami, aunque sigue con su departamento en el Hotel W. En Florida está aprovechando de hacer networking con bancos y ejecutivos locales para encontrar posibilidades de negocio en el país del norte.

Su idea, adelantan cercanos, es seguir creciendo. No le interesa quedarse tranquilo. Eso sí, añaden quienes lo conocen, luego de que su nombre apareciera en dos casos financieros de alta connotación pública, “pensará mucho mejor sus movimientos antes de concretarlos”.


Préstamos a relacionados y una caja de $ 700 mil: los números de Taurus

​​A pesar de que el año pasado Taurus AGF perdió $ 126 millones, sus dueños, José María Swett y Pedro Avendaño y sus sociedades, recibieron $ 166 millones en préstamos.

La gestora de fondos comprada a Tanner en 2021 por estos dos exejecutivos de la firma de Ricardo Massú, está en el centro de la polémica luego de que revelaran en mayo que uno de los activos del fondo Leaseback, un campo en Parral, había presentado una diferencia de 120 mil UF respecto de su tasación (ver nota principal).

“Esto habla de un problema de administración incomprensible. Es no entender el producto que están vendiendo, así no se hacen las cosas en leaseback”, dice un involucrado en el tema. Tras sucesivas reuniones de directorio y de comités, Swett y Avendaño reconocieron que fueron sólo ellos quienes aprobaron la operación del campo en Parral y no se involucró al directorio ni a otros comités.

Incluso se renovó el directorio, con la salida de Cristián Solis de Ovando de la presidencia y el ingreso de Juan Arce. Fuentes al tanto indican que Arce -un empresario español que en 2007 fundó el grupo Aquasphere Management, y es director en empresas en Europa y Estados Unidos– estaría interesado en comprar la AGF a Swett y Avendaño. Estos últimos dos ejecutivos fueron contactados directamente por DF MAS nuevamente, pero no respondieron los mensajes.

El resto de la mesa la completan Jorge del Real, Bogdan Borkowski, el también español y socio en Aquasphere Management, Daniel Alonso-Pulpón, y Avendaño.

Por el directorio de Taurus también pasaron entre 2022 y 2024: Cristián Bulnes, Juan Pablo Morales, Fabián Wulf y Ricardo Budinich.

El fondo para futbolistas
Otro punto clave es que en la entrega de resultados del año pasado de la AGF, dejan claro que la situación no fue la mejor el 2023, pero había esperanzas de que este año se recuperarían.

“Con fecha al 31 de diciembre de 2023 y 2022, la sociedad presentó pérdidas operacionales recurrentes en sus estados financieros. La administradora tuvo que aplazar para enero de 2024 su plan estratégico relacionado a la estructuración y distribución del fondo de deuda privada en EEUU gestionado por Taurus Administradora General de Fondos S.A., en calidad de Investment Advisor; lo mismo con el lanzamiento del fondo Taurus Blockchain Strategies Fondo de Inversión, el cual está proyectado para marzo 2024 y Taurus AIS Global Sports Lending Fondo de Inversión, el que cual está proyectado para el segundo semestre de 2024”, este último es un fondo que estarían preparando, dijeron en una entrevista en DF, para financiar pases de futbolistas.

“Con lo anterior, la Sociedad proyecta para el año 2024 un aumento en los ingresos ordinarios anuales por $ 500 millones, producto de la distribución de este nuevo fondo de deuda, así como los ingresos proyectados por los nuevos fondos a lanzar durante el año 2024. Asimismo, la sociedad cuenta con el pleno apoyo financiero y operacional de sus accionistas (...) La gerencia de la Sociedad estima que no existen otros eventos o condiciones que puedan generar incertidumbres, o aportar dudas significativas sobre la posibilidad de que la sociedad continúe con sus operaciones normales”.

Y sobre los préstamos a los accionistas por $ 166.250.000 con partes relacionadas, el detalle es que prestaron $ 6.282.000 y $ 16.746.000 a Taurus SpA, sociedad de Swett y Avendaño; otros $ 96 millones a la sociedad en Estados Unidos de Taurus, donde reside Avendaño; y tres préstamos directos, uno a Pedro Avendaño por 10.381.000 y por la misma cantidad a José María Swett, así como otros $ 25,8 millones al gerente Marcelo Torres.

En cuanto a las remuneraciones de personal, pagaron $ 274 millones el año pasado (Swett es el gerente general) y a los directores otros $ 74,8 millones.

La caja disponible de la empresa al final del 2023 fue de sólo $ 694.000.

El polémico Swett

Al preguntar por Swett en el mercado, las opiniones no son las mejores. Su paso por Sartor tuvo un mal final, luego de hacerse cargo de la Corredora de Bolsa de Productos y tras unos problemas con facturas, decidieron desvincularlo. Tras ello pasó varios años sin empleo formal y sólo haciendo asesorías, hasta que fue contratado en Tanner, donde fue gerente general de la AGF y luego gerente comercial de Tanner Investment. De ahí salió junto con su amigo Pedro Avendaño para comprar esa misma AGF y fundar Taurus.

Antes de Sartor estuvo en Euroamérica y LarrainVial, en ambos casos en la corredora de bolsa de productos. De este último empleo tampoco salió muy bien, luego de haber sido desvinculado por haberse involucrado en facturas de la polémica central Campanario, que un fondo de deuda de LarrainVial se hizo deudor.

El rebaraje de la industria de la nieve tras la irrupción de Mr. Coleman

El empresario estadounidense, gestor del fondo Mountain Capital Partners, planteó ingresar como socio a Andacor, quedándose con el 30% a 40% de la propiedad, y con la condición de tener el control y la gestión del negocio que incluye los centros de esquí El Colorado y Farellones, entre otros. Nada está dicho, pero si el deal se concreta, se quedará con “los tres valles” de Los Andes, tras sus anteriores compras de Valle Nevado y La Parva.

Quiénes son los influencers financieros bajo la lupa de la CMF

La aprobación de la ley fintech y su puesta en vigencia a inicios de este año trajo una regulación que pocos conocían hasta que la presidenta de la CMF, Solange Bernstein, lo dijo hace unos días en un podcast y el Diario Financiero lo publicó: los creadores de contenido que entreguen recomendaciones financieras deben registrarse como asesores de inversión. Desde ahí se abrió un debate: ¿cuándo es educación, cuándo es una recomendación? Ni los reguladores ni los regulados lo tienen claro.

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